Finaliza el proyecto “Prevención de riesgos alimentarios por toxinas marinas emergentes y microcistinas asociadas al cambio climático: Evaluación de la transferencia en cadenas tróficas”.

El proyecto ha sido ejecutado por el grupo de investigación de Seguridad Alimentaria de ANFACO-CECOPESCA, y ha contado con el apoyo del Ministerio para la transición ecológica, a través de la Fundación Biodiversidad dentro en la convocatoria de concesión de ayudas, en régimen de concurrencia competitiva, para la realización de proyectos en materia de adaptación al cambio climático 2017.

El objetivo principal del proyecto fue el de profundizar en el conocimiento sobre la incidencia de nuevas especies de fitoplancton tóxico en las costas españolas en relación al cambio climático y al aumento de las temperaturas. Existen una serie de toxinas que no forman parte de los programas habituales de control en las zonas de cultivos de moluscos, y que podrían llegar a acumularse en distintos organismos marinos y afectar al consumidor. Esta situación puede darse no solo con toxinas marinas, sino también con toxinas que se producen en masas de agua dulce y que pueden alcanzar las zonas costeras en la proximidad de las desembocaduras de ríos, existiendo el riesgo de que puedan ser absorbidas y acumuladas por los organismos que habitan estos ecosistemas.

En concreto el proyecto ha estudiado la presencia de dos toxinas marinas que reciben la consideración de toxinas emergentes (tetrodotoxina y palitoxina) y de las microcistinas, unas toxinas producidas por cianobacterias y cuya proliferación se encuentra asociada al aumento de temperatura y la eutrofización de las aguas. Por otro lado, se ha abordado el estudio de las microalgas productoras de palitoxina, del género Ostreopsis, desarrollando un método molecular para su detección en agua de las zonas de producción. A lo largo del desarrollo del proyecto se han analizado moluscos bivalvos y gasterópodos recogidos en distintos puntos de la costa española (Galicia, Cataluña, Valencia y Andalucía), así como muestras de agua de la misma procedencia.

La palitoxina es una toxina identificada inicialmente en corales del género Palythoa y posteriormente en microalgas del género Ostreopsis. Su mecanismo de acción está relacionado con el incorrecto funcionamiento de la bomba iónica Na+ /K+ ATPasa, un intercambiador esencial en el mantenimiento del gradiente electroquímico y el volumen celular, así como del potencial de membrana en células excitables. La proliferación de estas microalgas ha sido descrita en los últimos años en aguas de las costas europeas, fundamentalmente en el Mediterráneo, aunque esta toxina no está específicamente regulada en la legislación comunitaria. La proliferación de algas del género Ostreopsis puede ocasionar la acumulación de palitoxinas y derivados en moluscos, pudiendo llegar a afectar a la salud de los consumidores cuando estos son consumidos por encima de la dosis tolerable, provocando intoxicaciones con sintomatología poco clara pero que puede incluir mialgia y debilidad, fiebre, náuseas y vómitos. Si bien no existe un límite legislado de concentración, la Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria (EFSA) ha propuesto un valor de referencia en moluscos de 30 μg/kg. Las muestras analizadas mediante cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas (LC-MS/MS) a lo largo del proyecto han ofrecido resultados por debajo del límite de cuantificación de la técnica.

Puesto que esta toxina está producida por distintas especies de microalgas del género Ostreopsis, durante el proyecto se desarrolló un método de identificación de estas algas en el agua mediante PCR en tiempo real (qPCR), para la detección temprana de episodios tóxicos. Con este fin se analizaron muestras de agua de mar recogidas en distintitos puntos de la costa española, detectándose muestras positivas únicamente en el Mediterráneo, coincidiendo con trabajos previos publicados por otros autores.

En el caso de la tetrodotoxina, el origen no está claro, y se han propuesto diferentes agentes, como bacterias de distintos géneros: Vibrio, Bacillus o Pseudomonas, entre otros, o también dinoflagelados del género Alexandrium. Se trata de una potente neurotoxina que actúa bloqueando los canales de sodio de células excitables. Las intoxicaciones se caracterizan por hormigueo de lengua y labios, cefalea, vómitos, debilidad muscular, ataxia e incluso la muerte por causas respiratorias y / o insuficiencia cardíaca. Esta toxina está asociada al consumo del pez globo o fugu y otras especies de la familia Tetraodontidae, pero recientemente se ha descrito su presencia en bivalvos y gasterópodos de costas europeas. Al igual que en el caso de la palitoxina no existe un límite legislado en Europa, pero sí un valor de referencia recomendado por EFSA, que en este caso es de 44 µg TTX equivalente/kg de vianda de molusco. No se detectó la toxina en ninguna de las muestras analizadas mediante LC-MS/MS, durante el curso del proyecto.

Este proyecto se encuentra enmarcado en el reto 2 de la Estrategia Española de Ciencia y Tecnología y de Innovación 2013-2020 (Seguridad y Calidad alimentaria; actividad agraria productiva y sostenible; sostenibilidad de recursos naturales, investigación marina y marítima).

Por último, se evaluó la presencia de microcistinas en bivalvos y gasterópodos recogidos en el complejo intermareal Umia – O Grove. Esta zona está catalogada como Zona Húmeda de Importancia Internacional y está protegida dentro de la Red Natura 2000. El río Umia desemboca en esta zona y en el pasado se han detectado algunos episodios de contaminación por microcistinas, por lo que se consideró un buen modelo para el estudio de los riesgos de transferencia de estas toxinas. Estos compuestos tóxicos procedentes de agua dulce podrían llegar a zonas costeras cercanas a la desembocadura de ríos, arrastradas por las corrientes tras producirse aguas arriba. Las microcistinas son péptidos cíclicos producidas por distintas cianobacterias en masas de agua dulce; su mecanismo de acción incluye la inhibición de proteín fosfatasas y tienen una elevada hepatotoxicidad. En España, su concentración está legislada en agua potable, con un límite establecido en 1µg/L, y su presencia en alimentos y el establecimiento de valores de referencia está siendo objeto de estudio por parte de EFSA, con valores de referencia propuestos para pescado entre 5.6 y 28 µg eq/kg. Las muestras analizadas mediante ELISA a lo largo del proyecto revelaron la presencia de microcistinas en algunos organismos, aunque en concentraciones inferiores a las de referencia.

En conjunto, a lo largo de este proyecto se ha evaluado el riesgo asociado al cambio climático de aparición de distintas toxinas emergentes en moluscos. Los resultados obtenidos muestran que, en las zonas estudiadas, no hay riesgo alimentario, aunque es necesario continuar evaluando la situación y adelantarse a una posible aparición para así garantizar la calidad de los productos derivados de la pesca y acuicultura y la salud de los consumidores.

Las opiniones y documentación aportadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor o autores de los mismos, y no reflejan necesariamente los puntos de vista de las entidades que apoyan económicamente el proyecto.

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