Los acontecimientos surgidos desde 2021 fuerzan una reevaluación de la política comercial de la Unión Europea en el periodo 2025-2029 a fin de reorientar los acuerdos en vigor y evitar la negociación de nuevos, como el caso de Tailandia, cuando no existe un level playing field real.
Se coordinarán posiciones con otras asociaciones europeas afines consiguiendo un mensaje uniforme que establezca una nueva orientación política basada en el concepto de soberanía y seguridad alimentaria de la propia Unión, ante las elecciones al parlamento europeo del próximo junio.
Se pedirá la implantación y ampliación de mejores mecanismos de fiscalización individual, que permitan actuar de forma rápida y aislada en establecimientos alimentarios de los países terceros con acuerdos debiendo incorporarse, además, listas positivas con requisitos medioambientales para poder exportar a la UE.
En febrero 2021, en un momento clave de recuperación de la pandemia, la Comisión Europea presentó una revisión de la política comercial para hacer frente a los retos a los que se enfrentaba la UE para el mundo de 2030, tales como: la recuperación económica, el cambio climático o el aumento de las tensiones internacionales. El objetivo, alcanzar una política comercial abierta, sostenible y firme. Dicha estrategia se recogió en el documento, Trade Policy Review – An Open, Sustainable and Assertive Trade Policy[1].
Tras dicha fecha, acontecimientos como el conflicto bélico Ucrania – Rusia supusieron un cambio disruptivo en el escenario internacional con efectos económicos inmediatos como la espiral inflacionista que persiste en la actualidad, y que ha puesto sobre la mesa los problemas de base que amenazaban la competitividad de las empresas, como la falta de level playing field, y cuya política comercial no parece estar resolviendo, tal y como se ha denunciado en el último mes como reivindicaciones de agricultores y ganaderos.
Precisamente, en este momento que se demanda una reflexión en el seno de la UE para reorientar su política comercial y el propio Pacto Verde a fin de terminar con la competencia desleal, se celebrarán a principios de junio las elecciones al Parlamento Europeo, que en España se celebrarán el 9 de junio, y de cuyas votaciones se elegirán los nuevos representantes del Parlamento Europeo y posteriormente el nuevo ejecutivo comunitario para el próximo ciclo 2024-2029.
Por tanto, dado que los acontecimientos surgidos desde 2021 fuerzan una reevaluación urgente de la política comercial de la Unión Europea para el periodo 2024-2029, ANFACO-CECOPESCA, en continua coordinación con entidades europeas afines, iniciará una ronda de consultas con europarlamentarios y partidos políticos, con el objetivo de generar sensibilidad en los programas políticos que se presentarán a dichas elecciones de junio, y con las cuales se espera obtener una nueva orientación. La primera medida a solicitar sería revisar los acuerdos comerciales en vigor y frenar la adopción de nuevos, como el caso de Tailandia, si no se recogen los intereses manifestados por la industria de transformación de pescados y mariscos europea, citando expresamente la exclusión de la conserva de atún al no garantizarse un level playing field, entre otros.
Siendo el Parlamento Europeo la base para la configuración de la nueva estructura de la Comisión y colegislador con un papel activo en la aprobación de los acuerdos comerciales, se trasladará un mensaje uniforme que establezca una revisión de la política comercial basada en el concepto de soberanía y seguridad alimentaria de la propia Unión, y para lo cual se pondrá el foco en revisar el proceso de apertura económica hacia uno realmente garantista que dote de equilibrio competitivo al complejo mar-industria a largo plazo.
En este caso, se debería ampliar drásticamente la capacidad de la UE para defender sus intereses y hacer valer sus derechos. Puesto que precisamente, la falta de level playing field se subyace en el esfuerzo legislador e incremental de la Unión Europea, que se aplica estrictamente en el territorio, pero adolece en vigilancia y control de terceros países con acuerdos comerciales. Por ello, como segunda medida se solicitará una revisión del Alto Responsable de la Aplicación de la Política Comercial, actualmente en DG-TRADE, hacia una figura integral que se dote de capacidad real y recursos suficientes para evitar al complejo mar-industria su exposición al comercio desleal. Esto incluye una reformulación de dicha figura en la propia Comisión Europea, hacia una posición que le permita coordinar e impulsar la revisión de incumplimientos en criterios sanitarios, medioambientales, de pesca INDNR o sociales. En este sentido, se solicitará que tenga mayor capacidad de actuación y optimizar los mecanismos de fiscalización individual de operadores industriales en terceros países con acuerdos comerciales en vigor, que le permita influir sobre la responsabilidad delegada y actuar de forma ágil.
Por último, se retomará una reivindicación de ANFACO-CECOPESCA al efecto de los objetivos de protección medioambiental que deberían ser compartidos. Como última medida, se solicitará la creación de listas positivas con requisitos medioambientales para las fábricas de terceros países que deseen exportar a la UE, similar a la lista actual por criterios sanitarios, a fin de igualar las condiciones competitivas y proteger al planeta de una forma justa, citándose ejemplos como medidas para reducción de huella de carbono o sistemas de depuración de aguas equivalentes. En este sentido, también se solicitará ordenar el diálogo en pesca INDNR, cuyo sistema de tarjetas de DG-MARE debería verse más involucrado en decisiones de política comercial, sin olvidar la necesidad de implantar eficazmente el nuevo CATH IT.
Según declaraciones de Roberto Alonso, Secretario General: “El marco comercial ha impulsado la entrada en el mercado de la UE de producto terminado de terceros países, mermando nuestra fabricación propia. Es necesario que la Comisión Europea adopte una mayor precisión quirúrgica, y de detalle, a la hora de equilibrar posiciones defensivas y ofensivas. Desde ANFACO-CECOPESCA comprendemos la dificultad de negociación de dichos acuerdos de libre comercio, pero eso no puede significar que nuestra industria alimentaria sea una moneda de cambio o que estén fallado mecanismos de vigilancia y control. Existen problemas estructurales que deben resolverse si queremos realmente obtener un PIB industrial del 20% en la UE y, además, una soberanía alimentaria persistente en el tiempo. Vamos a trabajar para que este nuevo ciclo que se inicia con las elecciones al parlamento europeo de junio, sea aquel en el que hemos avanzado para conseguir un level playing field real y asegurar que, quien no cumpla, sea bloqueado de nuestro mercado. Es ahora o nunca.”
[1] COM(2021) 66 final